miércoles, 18 de febrero de 2015

Sequeiros


El baile de los fantasmas (Monográfico, 1991). Aquí descubrí a Sequeiros. Tenía 15 o 16 años, no sé. El descubrimiento de este material supuso una catarsis. Sin comerlo ni beberlo me encontré con una suerte de expresionismo ibérico bien asimilado, que mezclaba todo lo que me molaba en aquel momento: La raíz negra de Goya, la línea agresiva del expresionismo, los viejos melodramas tremendistas de Tod Browning y la fragmentación incendiaria de los cómics de Miller. Su arte relataba con extrema sencillez romances de pasiones crudas en su estado más elemental de deseo y ternura. Incluso iba más allá de la simple forma, directo al corazón. F U E G O. Sequeiros me enseñó a ser fiel a nuestro legado cultural, sin complejos y sin necesidad de tirar de la recurrente parodia. En resumen: Si para los americanos Jack Kirby es el Rey, para mí lo es Santiago Sequeiros. Sin duda.

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